Todo comenzó en Bogotá hace 27 años, donde solo había una unidad odontológica que sostenía con mi rodilla para evitar que el paciente se cayera. Era el inicio de un concepto. Desde ese entonces tenía claro que era mi deber renovar los conceptos odontológicos y generar una evolución en los espacios y en la atención integral de los pacientes.

Siempre he creído que la tecnología y la calidad humana de los seres no son suficientes en la realización exacta de mi oficio. Creo también en las flores, los colores, la música y los sueños, en esos sentimientos infantiles que hacen parte de mi vida y me permiten crear cada día más sonrisas para mi país y el mundo. Fue en esta búsqueda por mejorar mi oficio que conformamos un equipo con excelentes especialistas, muchos de ellos profesores de las mejores facultades de odontología del país, para darle una visión más integral y exacta al tratamiento de cada paciente. Así mismo, quise evolucionar el concepto de los antiguos consultorios odontológicos a clínicas con amplios espacios, buena música, revistas de actualidad y una atención al cliente que garantice el perfecto equilibrio entre la excelente práctica odontológica y un trato cálido y humano.